Uno de los regalos más pintorescos con los que me volví de China las navidades pasadas fue este precioso juego de portapinceles decorado con máscaras del teatro chino tradicional.
Como podéis ver el diseño está muy cuidado, tanto en los propios portapinceles como en la caja que los contiene. Ahora mismo están bien guardados en el armario, aunque en un futuro no dudo en dedicarles una balda en alguna estantería a modo de decoración. Sea como sea, las máscaras del teatro chino tradicional tienen un nosequé de sugestión folklórica que me encanta.
Ya habrá tiempo de dedicar una entrada en condiciones a la fascinante estética escénica del teatro chino tradicional. Hoy me apetece hablaros de estos objetos por sí mismos y la característica que más me llamó la atención de ellos: el ingenioso uso que se le da a la peana en la que reposa la taza para los pinceles.
Como podéis ver, la parte inferior de la peana cuenta con un hueco. En él, se puede verter una pequeña cantidad de agua y, al removerla, se mezcla con la tinta seca que hay en la cara interior y ... voilà! ya tienes todo lo necesario para usar tu pincel para escribir o lo que haga falta. No me podéis negar que no es práctico...
Como podéis ver, la parte inferior de la peana cuenta con un hueco. En él, se puede verter una pequeña cantidad de agua y, al removerla, se mezcla con la tinta seca que hay en la cara interior y ... voilà! ya tienes todo lo necesario para usar tu pincel para escribir o lo que haga falta. No me podéis negar que no es práctico...
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