Esta cuarta entrada del blog es una entrada complicada. No os alteréis, pero está cargada de mala, muy mala suerte. Y es que el cuatro, como pasa en Japón, es un número maldito para la cultura china. ¿El motivo? Muy sencillo... lo similar de la pronunciación de cuatro ( sì, 四 ) y muerte ( sǐ , 死 ). Y es que a nadie en su sano juicio le gusta toparse con la muerte...
Como toda buena superstición que se precie, la animadversión al cuatro está profundamente arraigada en el día a día de la población. Recuerdo, por ejemplo, que en el primer hotel en que nos hospedamos al llegar a Fúzhōu no había ni planta cuarta ni habitaciones cuatro, no fuera que algún cliente no pudiera dormir sabiendo que se encontraba en la (pronúnciese con tono de película de terror) habitación de la muerte. Algo parecido a lo que pasa en España, donde algunos hoteles carecen de planta treceava.
Pero la cosa no se queda ahí. Los números de móvil que contienen muchos cuatros son más baratos de adquirir que aquellos que contienen muchos ochos, que es el número de la buena suerte chino. De nuevo, por motivos fonéticos, ya que ocho ( bā, 八 ) suena muy parecido a hacerse rico ( fā, 发)
Y entre llevar la muerte a cuestas y hacerse rico, no me extraña demasiado la elección...
Y entre llevar la muerte a cuestas y hacerse rico, no me extraña demasiado la elección...
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